
El Reino de Chile se caracterizó por la precariedad material y de la vida cultural en general. Este rasgo nos devuelve una producción escritural más alejada de la influencia cortesana, y aun de lo urbano, y más marcada por lo contingente y lo urgente, lo que en sí mismo constituye una huella identitaria.
Ab Bd. 3 ersch. bei: C.S.I.C. Centro de Estudios Historicos Madrid.
Lafaye rastrea los avatares sincréticos del mesianismo desde la reconquista de la península Ibérica por los cristianos de manos de los moros, la diáspora de los judíos sefardíes y la esperanza milenarista de los evangelizadores de América hasta sus modernas metamorfosis en teología de la liberación y místicas nacionalistas o indianistas.
Tercera aventura del espía del Vaticano, Alberto Prat, que sale de su retiro para enfrentar un nuevo misterio que lo llevará de Nueva York a una legendaria cueva al sur de Chile. El exagente secreto Alberto Prat vuelve a ponerse a las órdenes del Vaticano para resolver el enigma detrás de una reliquia protegida hace años por los jesuitas y que ahora lo vuelve a poner en peligro a él junto a sus amigos más cercanos. La historia parte en Nueva York, donde tras la pandemia Prat, más viejo y cansado, se ve envuelto el crimen de un famoso millonario chileno y tendrá que enfrentar a un peligroso grupo de sicarios de alto nivel que están dispuestos a todo para conseguir unos antiguos documentos ligados a Isaac Newton y a la masonería. Desde tiroteos en el metro de Nueva York hasta persecuciones en el sur de Chile, son parte de una trama que también nos lleva al pasado, a la época del montonero Vicente Benavides entre 1813 y 1822 y su obsesión por una antigua reliquia cristiana que podría estar oculta en algún lugar de la provincia de Arauco.
Los cuatro textos presentados en este volumen son fundamentales para entender cómo se produjo, entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, la estimulante disputa entre defensores y detractores del mundo virreinal, que culminó con el des¬mantelamiento del interés liberal y republicano por la cultura de la Colonia. Es en estos años cuando se gesta la idea, todavía hoy dominante en la historiografía más conservadora, de que en Chile nunca existió realmente una cultura colonial o un arte barroco que, desde su lugar periférico, pudiera confrontar la originalidad de los modelos producidos en los centros de arte europeos y latinoamericanos.
La Edad Media de Chile presenta un notable esfuerzo de recopilación histórica acerca de la fundación de la Iglesia Católica en el país. Aborda no solo la evolución de las primeras comunidades sino que aporta a la comprensión histórica, cultural y religiosa de una época. A través de hechos concretos, obras y tradiciones de este legado, este libro nos adentra en un cosmos de relaciones e intercambios marcados por el encuentro y la diversidad cultural entre –primero– los conquistadores y los pueblos indígenas. Luego, el proceso de fusión de la Conquista y la Colonia, para, finalmente, describir el rol de la Iglesia durante la formación de la República.
Esta obra se propone mostrar las circunstancias bajo las cuales ha tomado forma en nuestro país la recepción del pensamiento del filósofo y político italiano y la manera en que este se ha incorporado paulatinamente a la cultura política de los trabajadores locales. El trabajo de Massardo, a través de un recorrido histórico que incluye a Marx, pero también a Vico y el propio Machiavelli, da cuenta del estado en que se encuentra este proceso vinculado a la filosofía de la praxis , las dificultades que enfrenta y el universo que se abre con su despliegue.
En el presente libro queremos volver la mirada sobre nuestra experiencia actual de la temporalidad, para reflexionar sobre la historia, el esperar humano y la esperanza cristiana, analizar sus fundamentos antropológicos y teológicos, sus relaciones y tensiones, sus dificultades y avances, sus condiciones de posibilidad, apertura y comunicación. No se puede desconocer que en la actualidad coexisten diversas miradas sobre el complejo tiempo presente que nos toca vivir e interpretar. Se observa una corriente de desesperanza, resignación y escepticismo en grandes capas de nuestra sociedad, particularmente entre los intelectuales de diverso signo. Pero hay razones poderosas para evitar esta reducción del tiempo humano a un puro y solitario presente: hay demasiada tragedia acumulada, demasiada muerte temprana e injusta. En verdad, la historia sigue siendo el lugar de la espera, en tanto la conciencia humana no renuncia a imaginar el futuro y a diseñar días mejores para todos.
La expresión “catolicismo social” designa la respuesta de la Iglesia a la pobreza y a la injusticia social en el siglo XIX. Como concepto, la expresión se ha prolongado hasta nuestros días. El origen formal de la doctrina social de la Iglesia, representado en la primera encíclica Rerum novarum (1891), debe ser considerado como parte de ese proceso eclesial más amplio, que refleja la evolución de la conciencia y de la sensibilidad católicas frente a la problemática de la pobreza y de sus causas. La presente obra colectiva ofrece una variedad de aproximaciones al tema. Los trabajos se centran en el caso chileno, teniendo en cuenta el contexto latinoamericano.
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