
Sin Sombras, Como el Fuego
Autor: Javier Clemente Engonga Avomo
El descubrimiento de la naturaleza humana – la verdadera naturaleza del alma – es un proceso largo y angosto. Lo que significa conocerse a uno mismo, rasgando y abandonando toda sombra que nubla nuestra visión, es el ejercicio espiritual más complejo. Significa así que el valor inmediato de ser la mejor versión de uno mismo no solo todos los días sino a lo largo de toda una vida, es algo que podemos aprender observando siempre a los mejores ejemplos que siempre tenemos cerca. No obstante, si el destino nos ha rodeado de malos ejemplos siempre nos queda aprender por nuestra cuenta, dentro de eso que llaman el proceso de individuación, y aprender bien y con razón, con sentido común. El descubrimiento de la verdadera naturaleza individual es el objetivo de toda alma noble. Tener un alma noble, a pesar de encarnar en este mundo tan extraño, es uno de los regalos del Creador hacia sus hijos, pues no todo el mundo tiene un alma noble, por desgracia o por la sabiduría de la naturaleza. La realidad del ´´ mal ‘´ no es algo que podamos simplemente anular, pues es una cuestión muy compleja. Unos dicen que el ser humano es el mal del mundo, y que Dios no ha hecho nada...