Desde su llegada al poder, el dictador Franco afirmó que sus acciones sólo se guiaban por «su responsabilidad ante Dios y ante la Historia». Si el apoyo divino se lo garantizaba la colaboración con la Iglesia católica, la armonía con el pasado de España tuvo que conseguirla con el trabajo voluntario y entusiasta de una legión de propagandistas, escritores, intelectuales y profesores universitarios que pusieron sus plumas e ideas al servicio del Caudillo. El resultado fue una deformación del relato sobre la Historia de España que se podía encontrar tanto en los libros de académicos y universitarios como en los manuales escolares o en programas de la televisión. De esta manipulación es bien conocido el falseamiento que se hizo de los orígenes de la guerra civil, responsabilizando a los defensores de la República para poder presentarse a Franco como el salvador de España y no como lo que realmente era, el dictador que la tiranizaba. Pero la reinvención del pasado fue mucho más lejos: todas las etapas fueron rescritas para crear un relato histórico que legitimara al Caudillo y lo convirtiera en una figura a la altura de El Cid, Carlos V o Felipe II y además...
"Inventario de los libros que han tenido ingreso en la secretaría de la Real academía," 1922-29, with v. 83, 85, 87, 89, 91-92, 96, 99.
El objeto de este estudio es analizar el cambio social que se produjo como consecuencia del asentamiento de colonos romanos en el sur de la Península Ibérica entre los siglos III a. C.-I d. C., y que normalmente se denomina “romanización”, en el contexto de las necrópolis. Este problema lleva a plantear distintas cuestiones, como qué es la “romanización”, qué tipo de procesos tienen lugar en situaciones de contacto colonial, cómo estudiar el significado simbólico de la cultura material, o qué tipo de diálogo se estableció entre la manera de entender lo que significaba “ser romano” en diferentes contextos como la ciudad y las necrópolis, o el ámbito privado y público. Esta investigación toma como punto de partida los presupuestos teóricos de la arqueología post-procesualista, especialmente los de aquellas corrientes que entienden la Arqueología como historia cultural, en las que el contexto histórico se dota de gran importancia. En problemas como el de la “romanización” es, además, necesario prestar especial atención a las aportaciones de la teoría postcolonialista como una manera de dejar atrás visiones “esencialistas” de la cultura. Si ...
Como afirma Michel Foucault, los arqueólogos recomponen los estratos del pasado para entender el presente y, en efecto, desde principios del siglo XIX los estados europeos utilizaron la investigación arqueológica para definir modelos de cohesión social a partir de la interpretación del pasado. En Cataluña, Enric Prat de la Riba construyó su ideario nacionalista empleando las fuentes clásicas para vincular los orígenes del territorio con Grecia, y potenció las intervenciones en Empúries con el objetivo de demostrar factualmente sus tesis. Esta obra analiza el desarrollo de la arqueología en Cataluña desde la segunda mitad del siglo XIX hasta la Guerra Civil, prestando especial atención al discurso ideológico del catalanismo político, que concibió la arqueología como un instrumento para proyectar una determinada visión de la historia, lo que no impidió que el trabajo científico de la Escuela de Barcelona se convirtiera en un referente en el ámbito europeo.
Las culturas de los iberos han despertado el interés de historiadores y arqueólogos desde finales del siglo XIX, cuando quedaron unidas al sentimiento de pertenencia de los españoles, con múltiples acepciones, reflexiones y conclusiones. La arqueología ibérica contemporánea se ha esmerado en tratar la documentación correspondiente con métodos avanzados derivados tanto de la Nueva Arqueología como del positivismo, con el objetivo de presentar una sociedad estructurada —la primera en el ámbito peninsular— en el umbral de una organización de nivel urbano. Este libro quiere poner en conocimiento del lector los contenidos (epigrafía, paisaje, ocupación del suelo, necrópolis, santuarios, arte...) que sirven de base para referirse a las Culturas Ibéricas y sus contextos, en plural. En unos casos el registro arqueológico propiamente dicho se convierte en el argumento de peso a favor de una determinada propuesta; en otros, los paradigmas mantenidos por posicionamientos poscolonialistas, atentos a los procesos activos entre los grupos autóctonos, abogan a favor de una pluralidad con elementos, no obstante, transversales. En este discurso la cultura artística de los...