
Relaciones geográficas, topográficas e históricas del reino valencia.- v.2.
He aquí las impresiones —enmarcadas entre la primavera de 1767 y el otoño de 1769— del P. Manuel Luengo, jesuita del colegio castellano de Villagarcía que vertió sus experiencias como expulso en un diario redactado de manera ininterrumpida entre 1767 y 1815. Sus páginas son un testimonio en primera persona de las peripecias que sufrieron los jesuitas a raíz de que Carlos III decretara su expulsión de España en 1767 y constituyen un documento estremecedor, minucioso y pormenorizado de las penalidades que sufrieron los miembros de la Compañía de Jesús durante su exilio.
Esta obra de José Del Rey Fajardo, S.J., profesor de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, Venezuela y Primer Director de la Academia Nacional de la Historia, sobre la Expulsión, extinción y restauración de los Jesuitas en Venezuela 1767-1815, estudia la trágica y a la vez aleccionadora trilogía (pasión, muerte y resurrección) que escribió la Compañía de Jesús de Venezuela y Colombia en un escaso medio siglo durante el cual se produjo el tránsito del Antiguo al Nuevo Régimen, arrastrada además, por el vendaval que tomó forma de huracán con la Revolución Francesa. Siguiendo la secuela de dicha trilogía, el autor dedica el Libro I de la obra al estudio de la "expulsión" de los jesuitas a partir de la pragmática sanción de 2 de abril de 1767, analizando dicho "extrañamiento" de la Provincia del Nuevo Reino, y cómo se llevó a cabo en cada uno de los domicilios donde residían los jesuitas. Continúa con las itininerancias de los exilados hasta llegar a su destino final en la Legación de Urbino, en Italia, que se asoma al mar Adriático. El Libro II afronta de lleno las consecuencias de la orden de "extinción" total de la Compañía de Jesús...
En el verano de 1772 José Moñino, fiscal del Consejo de Castilla, fue nombrado nuevo embajador de España ante la Santa Sede con instrucciones precisas de lograr del Papa Clemente XIV la extinción de la Compañía de Jesús. Gracias al éxito de su misión recibiría de Carlos III el título de Conde de Floridablanca. Desde su llegada a Roma el 4 de julio hasta la muerte del Pontífice el 22 de septiembre de 1774, Miñino dio cuenta de sus gestiones diplomáticas con otros embajadores, de sus relaciones con los miembros más relevantes de la Curia pontificia, de las audiencias con el Papa y de la utilización del soborno como método para lograr sus fines, en una correspondencia confidencial que mantuvo con el primer ministro español, el marqués de Grimaldi, y con otros miembros de la Corte de Madrid, como Manuel de Roda. Esta correspondencia se encuentra, en su mayor parte, en el Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores de Madrid, en su sección "Santa Sede" y en el General de Simancas, en la sección de "Estado". La febril actividade de Moñino, que él justificaba asegurando que "el conocimiento de este teatro y el de sus actores es la base fundamental para la...
Opciones de Descarga